sábado, 17 de agosto de 2013

A mi manera

Tú tienes derecho a volarme por donde quieras, a pasearme por donde pises una y otra vez, otra vez y otra vez, resolverlo todo con un guiño o una sonrisa, pegarme en mil pedazos con un abrazo, con tus manos.

Incluso te perdono las excusas de las que hablas, echas para ingenuas como yo…de esas guionadas que el mundo conoce y memoriza, de las que ya no tienen significado. Más de una vez podemos alcanzar esas cervezas frías que nos conocieron, podemos volver a  intercambiar sonidos y si el tiempo lo presta…calor

Hasta es gracioso que te escriba, porque tu ausencia me acompaña, lo más dispensable es ocupar un espacio, llenar un hueco físico, lo importante es quedarse, no desbaratarse con el viento o con las ideas, sobrevivir en el caldo de pensamientos cabezoidales, sin perder tu cara ni tu mirada, quedarte fijo atrás de las pupilas

No prometo encerrar tu esencia ni respetar íntegramente tus palabras, tus gestos. Más bien prometo retenerte, jugar con tus caras, tus manos, nuestros días, los años por venir y tu actual caminar, yo prometo recordarte a mi manera


Pero si no puedes regresar, ni te vuelvo a tocar…por cualquier eventualidad, por la más mínima distracción no vuelves, prometo quedarme a mi manera y existir en tu conciencia o tu inconciencia, escondida en los rincones de ese trago, detrás del anaquel de la tienda y a la vuelta de la calle…apacible, a mi manera

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